Primoz Roglic ganó la cronoescalada y sentenció el Giro
El esloveno desbancó del primer lugar de la general al británico Geraint Thomas.
Tres años después de la frustración de perder el Tour en la última crono ante su compatriota Tadej Pogacar, el esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma) sentenció el Giro de Italia al imponerse en la vigésima etapa, una contrarreloj individual entre Tarvisio y Monte Lussari, de 18,6 km, en la que desbancó de la maglia rosa al británico Geraint Thomas.
Roglic (Trbovlje, 33 años) conoció la gloria que le esquivó en aquella maldita crono de Lure que glorificó a Pogacar. Esta vez logró la maglia rosa y su cuarta grande, después de tres Vueltas, ganando con enorme superioridad una bestial crono ante sus directos rivales, Thomas y el portugués Joao Almeida.
En el duelo a tres no hubo color. Roglic estuvo enorme y superó en 40 segundos a Thomas, impotente ante la fuerza del esloveno, y en 42 a Almeida. El virtual vencedor del Giro marcó un tiempo de 44.34, a una media de 25,145 km/h, una exhibición compartida con muchos compatriotas que, por cercanía a su país, acudieron a las cunetas a aclamar al ídolo.
Roglic llegará como emperador de Roma este domingo. La última jornada en disputa real sirvió al rey de la Vuelta para enfundarse la maglia rosa. Subirá al podio con una diferencia final de 14 segundos sobre Thomas y de 1.13 respecto a Almeida.
No todos se tomaron en serio la crono, algunos subieron tramos haciendo el "caballito" encima de la bicicleta, otros iban haciendo eses por la dificultad extrema de las rampas. Ya en competición el primer tiempo significativo lo marcó el estadounidense Sepp Kuss (Jumbo Visma), el mejor gregario de Roglic, con un tiempo de 45.28 minutos, a una media de 24,5 km/h.
Llegó el francés Pinot, gestos incluidos, para ponerse en cabeza con 45.22. Por entonces llegaban noticias de que Roglic iba superando todos los registros en los puntos intermedios. Thomas iba perdiendo 16 segundos con Roglic, perjudicado por un problema mecánico que le obligó a poner pie a tierra, perdiendo sobre 10 segundos en el percance.
Roglic marchaba lanzado y Thomas resistía a duras penas. Mientras se aproximaban a meta, el italiano Damian Caruso se coló en la fiesta por la etapa, con 45.18 en primer lugar, pero por poco tiempo, pues el esloveno llegó lanzado con 44.23, a una media de 25,145 km/h. Palabras mayores.
Solo quedaba por llegar Geraint Thomas, castigado por una subida bestial. El británico, no tan buen escalador como Roglic, pagó el esfuerzo, resistió bien, pero no pudo contestar al gran tiempo que hizo su rival. El último día de competición, y en crono, sonrió esta vez a aquel corredor que perdió el Tour en 2020 ante Pogacar por la crueldad de una cronoescalada. La historia al revés.
Este domingo finaliza el Giro de Italia con la disputa de la vigésima primera y última etapa, con salida y meta en Roma y un recorrido de 126 km.
EFE